Querido b.
Bueno pues, cuestión que vine a cruzar el país una vez más. Llegamos a Los Colores anoche y en la vorágine de todo yo no tuve mejor idea que bajar la montaña haciéndome el loco, y romperme la humanidad. Me caí de una especie de risco de entre dos y tres metros de altura. Tengo golpes en la cadera, en la cabeza (sangre), en las piernas, en los codos, pero el más terrible fue el del hombro. Estuve 20 minutos tirado en el piso sin poder moverme, en la mitad de la noche, en la concha del mundo. Finalmente con ayuda de mi muy gran amigo y compa Toto pudimos volver al hostal a dormir. Yo no me acuerdo mucho de ese viaje por los golpes en la cabeza que me di con la piedra y con el vodka, que es a partir de hoy mi enemigo.
Esta mañana me desperté con muchísimo dolor (en serio), me arrastré hasta el baño, donde me desmayé, y después tratamos de encontrar alguien acá que me viera un poco y me dijera qué cornos hacer con mi vida. La salita de primeros auxilios estaba cerrada, lo único que había disponible a ese propósito era un hospital en un publo vecino. Un flaco del hostal donde estamos parando, Beto, gordo, pelado, muy buena ondamente se puso mi hombro al equipo y me ofreció llevarme al hospital a que me vieran. Así que fuimos. (Cuando nos subimos al auto Beto dice "¿a alguien le gusta desayunar cerveza?", "...", "a mí sí, paro un toque acá porque sin una bien fresca no puedo manejar"; a cada quien su maña...) Un médico que me vio en la guardia me dijo que no tengo fracturas ni luxaciones ni nada de esa clase lo cual es un poco un milagro, sólo tengo una contractura tremenda en el hombro (derecho; perdón si ya lo dije pero no puedo parar a revisar) por el golpe y que me va a doler cuatro o cinco días. En fin. Eso me tranquilizó bastante, no tengo que terminar mi viaje tan rápido, sólo tengo que remar como un condenado y ni siquiera quiero pensar en cómo voy a hacer para llevar mi mochila. A patadas, quizás. Me inyectaron un calmante en el culo que me dejó pelotudo pero con mucho menos dolor. Ahora quisiera otro.
A pesar de todo el cuatro, que lo llevaba en la espalda cuando vi a la muerte, está intacto, y se lo dedico a Lalo.
I'm not gonna make it es ese instante en el que lo único que te queda en tierra firme es un dedo gordo y el suelo que te recibirá no podés verlo porque está lejos y está oscuro. La caída, digo, el trayecto, no los viví, pero en ese instante me puedo quedar un rato.
Contame cómo son tus fechas y quizás nos encontremos en el otro, otro país.
Abrazo grande hermano
Tuyo
Roto
Accidante
.d
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