Canaleta Olifachovia

el asfalto era plateado,
la banquina rojo carmesi,
el resto, verde, patagonia pura.

andabamos en este submarino/camion endemoniado entre la lluvia a mas de un millon de km en bajada por la ruta 3. de conductor Mario, el camionero mudo, que empastab sus oidos con un casette ochentoso que venia girando ya desde hace seis horas.

la lluvia se estrellaba en el parabrisas como una manada de mosquitos kamikazes, quizas flechas de los espiritus patagones que no nos querian por sus tierras, que la chupen, venimos en paz.
la cabina es oscura y solo la iluminan botoncitos violetas, verdes, naranjas, rojos y de todos los colores

los chizpasos de agua en la ruta se convierten en humo al tocar las gomas de los camiones y estallan en luz dorada al recibir los intensos farolazos.
el ultimo fuego del ocaso ardia en naranjisimo a lo lejos, el panorama: lluvia, oscuridad, ruido a ruta (que es el ruido de la muerte, lo se)
rodeados de espejos que, como en un circo (eso es, esto es un circo andante!) ,se diverten deformando nuestras imagenes, el Dr.Lalo y yo nos acercabamos cada vez mas a Usuahia. Mientras escribo, el medita, agazapado en la sombra, detras mio (mientras rasca su barba) sobre como conquistar al mundo con musica y su dedo magico que todos los camiones frena.

carteles amarillos, rojos, negros, la noche en forma de grandes oscuras nubes azules, el temblor masajeador de mi silla de camionero, de repente, un camion me descubre con sus luces de frente, parezco un lagarto con auriculares, se va, me escondo de nuevo en la noche.

ahora la ruta brilla mas, como si de noche revelara su verdadeo y bello resplandor al conductor nocturno, porque l ruta es hija de la noche, y de los demonios
que la cuidan desde la montaña
y bailan en el rocio del pasto por la mañana.

primera parada al llegar, espero se aprecie el humor puerco en esto de la parada, le rompo el culo a una puta en el culo del mundo, que la leche corra por el apestoso puerto pescado oliente, por el culo de usuahia y del mundo, este soy yo clavando mi bandera peluda y gritando como vikingo ebrio,
OUUUU YEAAAAA
o NALA VIVVADAVDUKKK
o cualquier canto que suene a trueno y victoria
y mujeres y alcohol

en eso una gota gorda explota y dispara otra mas,
el ruido hace eco hasta las torres petroleras de jugete en las plazas de Canaleta Olifachovia,
adonde, como en aquel increible episodio de los Simpsons,
la estatua gigante, que es tan sovietica y tan el ego sultanesco de los petroleros,
se despierta y como un dragon de hierro escupe fuego por los ojos,
y marcha hacia el mar, que a esta hora el viento ya comienza a aviolentar,
se quita sus pesados pantalones y descubre un gran lingote de oro en la pija,
la cual empieza a tocar mientras la escupe con fresco petroleo de su boca,

y

UATAAAA, rocia con su polvo de diamantes el mar, que ahora es para mi la ruta,
y sus lineas blancas,
ritmicas,
que salvan mi cordura,
la ruta de noche, lo repito
es de los demonios
que rien y comen cadaveres de perros o vacas que nunca llegaron a cruzar.

igual,
estoy a salvo,
en mi moscardon bifocal de acero,
que con sus luces,
todo desmistifica.

que belleza,
"morir en manos del demonio y la noche"
me susurra Rimbaud,
quizas fue Baudelaire,
tal vez yo.

la ruta se va pudriendo, lo juro,
el asfalto ahora son rocas que vuelan por todos lados,
y en los costados grandes carteles rojos con signos de exclamacion!
y las nubes oscuras que quieren el ocaso,
que imponen su marea celeste, negra,

y vuelvo al mar, que me vuelve mar,
donde un trio de gaviotas blancas planea,
reclamando el sol,
con ametralladoras en el culo,
veni hombre gil!, cacarean,

atravesamos Rio Coyle,
que es todo de metal y sal,
y tiene la preciosa condicion curva/amazonica que dibuja una clara letra Y en su topografia.
ahora la misma naturaleza se me revela tipograficamente como anaquica,

noche en la 3,
de iluminaciones,
y marea azul en el cielo,
que gotea y
me llora encima,
me derrama sus espiritus,
los tomo
madre,
los bebo,
selva, cielo
puedes dormir tranquilo,
ahora,
tu gota,
es mi tinta

b.