Yo quiero ser uno de los grandes narradores del rock and roll. Como Lou Reed, Bob Dylan, Pablo Lescano, Pity Álvarez, Jarvis Cocker.
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sábado, 27 de septiembre de 2008
viernes, 26 de septiembre de 2008
martes, 23 de septiembre de 2008
lunes, 22 de septiembre de 2008
sábado, 20 de septiembre de 2008
jueves, 18 de septiembre de 2008
Diálogos
Sub 12
--Yo estaba haciendo un desierto pero acá la música se puso más alegre y cómo hago para meter colores en el desierto... ¡No hay colores en el desierto!
--Y acá estaba haciendo una flor, pero entonces vinieron melodías más tristes y la flor se puso más triste, la pinté así.
-------------------
--Yo quería tocar la guitarra...
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--¿Sos satánico?
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Sub 12
--Yo estaba haciendo un desierto pero acá la música se puso más alegre y cómo hago para meter colores en el desierto... ¡No hay colores en el desierto!
--Y acá estaba haciendo una flor, pero entonces vinieron melodías más tristes y la flor se puso más triste, la pinté así.
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--Yo quería tocar la guitarra...
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--¿Sos satánico?
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martes, 16 de septiembre de 2008
Juana V
Cuando llegué a casa estaba agotado. No tanto por el esfuerzo físico que había significado la caminata (la casa de Juana y la mía no estaban precisamente cerca) sino porque en el último par de horas había sido atravesado por una infinidad de torrentes de sensaciones y pensamientos que fluían fuera de control y en todas direcciones. Hubo un tiempo en el que me habría gustado que se enamorara de mí, y quizás hasta nos habríamos casado, pero ese tiempo había pasado (si desapercibido o no para Juana, no lo sabré nunca) y ahora no tenía ni la menor idea de qué quería de ella. Seguramente ella tampoco tenía idea de qué quería de mí, pero corría con la ventaja de que nunca se preocupaba por esas cosas, la muy... De lo que sí estaba seguro es de que la quería mucho, de que era un amor familiar, y de que acababa de impregnarla de nuevo de un erotismo que quizás se tomaría años en desaparecer.
Colgué mis abrigos en el perchero que está en el pasillo de la puerta --mal: uno de ellos fue a parar al piso, al rato-- y acto seguido me desplomé en una silla (sólo porque no se me ocurrió nada mejor; no podía pensar; me dolía pensar, y no como esos dolores metafísicos que tienen que ver con el ánimo; un dolor punzante y recto que iba de entre las cejas a la parte superior de la nuca, como un rayo láser) y saltando con la vista de una cosa a otra aterricé en una carpeta que Juana se había olvidado medioescondida por un almohadón. Yo sabía que esa carpeta contenía ciertos papeles para hacer no sé qué trámite de importancia. Escuché los mensajes; ninguno era suyo. Era tan probable que no se haya percatado de que se había olvidado los papeles como que sí, y no haya tenido el valor para reclamarlos.
Decidí irme a dormir lo que pudiera (no era solamente el aturdimiento, también seguía muy excitado, y esto, probablemente, era lo peor de todo) y ponerme el despertador para la mañana siguiente un par de horas antes de lo habitual para hacerle llegar a Juana sus cosas.
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Cuando llegué a casa estaba agotado. No tanto por el esfuerzo físico que había significado la caminata (la casa de Juana y la mía no estaban precisamente cerca) sino porque en el último par de horas había sido atravesado por una infinidad de torrentes de sensaciones y pensamientos que fluían fuera de control y en todas direcciones. Hubo un tiempo en el que me habría gustado que se enamorara de mí, y quizás hasta nos habríamos casado, pero ese tiempo había pasado (si desapercibido o no para Juana, no lo sabré nunca) y ahora no tenía ni la menor idea de qué quería de ella. Seguramente ella tampoco tenía idea de qué quería de mí, pero corría con la ventaja de que nunca se preocupaba por esas cosas, la muy... De lo que sí estaba seguro es de que la quería mucho, de que era un amor familiar, y de que acababa de impregnarla de nuevo de un erotismo que quizás se tomaría años en desaparecer.
Colgué mis abrigos en el perchero que está en el pasillo de la puerta --mal: uno de ellos fue a parar al piso, al rato-- y acto seguido me desplomé en una silla (sólo porque no se me ocurrió nada mejor; no podía pensar; me dolía pensar, y no como esos dolores metafísicos que tienen que ver con el ánimo; un dolor punzante y recto que iba de entre las cejas a la parte superior de la nuca, como un rayo láser) y saltando con la vista de una cosa a otra aterricé en una carpeta que Juana se había olvidado medioescondida por un almohadón. Yo sabía que esa carpeta contenía ciertos papeles para hacer no sé qué trámite de importancia. Escuché los mensajes; ninguno era suyo. Era tan probable que no se haya percatado de que se había olvidado los papeles como que sí, y no haya tenido el valor para reclamarlos.
Decidí irme a dormir lo que pudiera (no era solamente el aturdimiento, también seguía muy excitado, y esto, probablemente, era lo peor de todo) y ponerme el despertador para la mañana siguiente un par de horas antes de lo habitual para hacerle llegar a Juana sus cosas.
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lunes, 15 de septiembre de 2008
sábado, 13 de septiembre de 2008
viernes, 12 de septiembre de 2008
lunes, 8 de septiembre de 2008
Esta era
"La historia de los movimientos revolucionarios del siglo XX se funda en un método cognoscitivo y estratégico de tipo dialéctico. Totalidad contra totalidad. Afirmación, negación e inversión. Aquella visión estaba vinculada con una forma simple de la contradicción social en la industria: clase obrera contra burguesía. Pero la filosofía dialéctica se fundaba sobre una reducción de la complejidad real del mundo y abría el camino a formas de subjetivismo totalitario, como hemos visto en la historia del socialismo realizado. Luego de la gran explosión social de los años 60 y 70, la reestructuración capitalista produce una pulverización de la relación entre capital y trabajo: flexibilidad, deslocalización, precarización, etc. Ya no existe ninguna posibilidad de describir el mundo en términos dialécticos, ya no existe la posibilidad de una estrategia de oposición simple, frontal. Ya no existe tampoco la posibilidad de pensar una inversión totalizante. La nueva forma productiva se funda sobre un principio tecnológico que sustituye a la totalización por la recombinación. Informática y biogenética —las dos innovaciones tecnológicas de fines del siglo XX— están fundadas sobre un principio de recombinación: unidades capaces de multiplicarse, proliferar, recombinarse que se sustraen a la totalización. El plano de consistencia de la informática es un plano infinito, no totalizable, proliferante."
Entrevista a Franco Berardi del Colectivo Situaciones.
A cuento de esto que veníamos hablando.
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"La historia de los movimientos revolucionarios del siglo XX se funda en un método cognoscitivo y estratégico de tipo dialéctico. Totalidad contra totalidad. Afirmación, negación e inversión. Aquella visión estaba vinculada con una forma simple de la contradicción social en la industria: clase obrera contra burguesía. Pero la filosofía dialéctica se fundaba sobre una reducción de la complejidad real del mundo y abría el camino a formas de subjetivismo totalitario, como hemos visto en la historia del socialismo realizado. Luego de la gran explosión social de los años 60 y 70, la reestructuración capitalista produce una pulverización de la relación entre capital y trabajo: flexibilidad, deslocalización, precarización, etc. Ya no existe ninguna posibilidad de describir el mundo en términos dialécticos, ya no existe la posibilidad de una estrategia de oposición simple, frontal. Ya no existe tampoco la posibilidad de pensar una inversión totalizante. La nueva forma productiva se funda sobre un principio tecnológico que sustituye a la totalización por la recombinación. Informática y biogenética —las dos innovaciones tecnológicas de fines del siglo XX— están fundadas sobre un principio de recombinación: unidades capaces de multiplicarse, proliferar, recombinarse que se sustraen a la totalización. El plano de consistencia de la informática es un plano infinito, no totalizable, proliferante."
Entrevista a Franco Berardi del Colectivo Situaciones.
A cuento de esto que veníamos hablando.
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domingo, 7 de septiembre de 2008
jueves, 4 de septiembre de 2008
easy
la fabrica de herramientas easy. donde navegan los changos-cocodrilos del mal, se venden los conos calypso a $3, $3,50 con cobertura de lava-droga, lo ultimo en sinteticos para niños de barrio deseandoperder la cabeza. Directo a Marte de una lamida, mientras las hediondas criaturas verdes, con esas escamas que parecen cuernos, mezcla entre crustaceo, vibora y tiburon, los cocodrilos, con sus vientres de cuerina gris, rozando el gris asfalto, raspandose y dejando charcos y caminos de su sangre fria y metalica, atienden con sus gorritos rojos y su sonrisa amarilla, simulando todo el tiempo.
!Noticias desde Banana de nuevo!
Llueve el pochoclo, llueve el acido con el. Mientras los niños hambrientos siguen al camion de helados ( siguiendo su flauta ), que con sus dulces canciones de circo los guia a la lluvia que termina por pelar todo lo que toca, como un lento roedor, devora de a capas, como un gusano hambriento, hasta derrite la comida en los intestinos, degrada y convierte todo en pus de vuelta, (!todo fue pus en un principio!), y fertiliza a su madre vengativa y se bañan los campos y las praderas de sangre viscosa y clorofila, !mezclados al fin!, en esta comunion naranja, en este elixir pegajoso, que parece lava, cargada de retazos flotando, de pedazos de cosas, de cuerpos, de bloques, de pequeños pedazos de cosas.
mientras ,las autopistas caen, y como peces muertos, autos y autos flotando de espaldas, como escarabajos ya sin salida.
.
Y ver flores en un tacho cubiertas por una bolsa negra ( de nuevo el vil plastico negro, predigo rios de el... y pienso en el petroleo... y entiendo todo ) me despiertan la mirada, subo al tren y decido enfrentar a la maquina,
escribirla,
como un cuento,
para niños,
la terrible
dama de hierro,
la reina metropolis,
con sus filosas chapas
oxidadas, llenas de
enfermedad,
y con mi tinta la reduzco, la aniquilo,
en palabras,
y presento al enano detras del monstruo, con todos sus hilos:
tren
fin.
b.
la fabrica de herramientas easy. donde navegan los changos-cocodrilos del mal, se venden los conos calypso a $3, $3,50 con cobertura de lava-droga, lo ultimo en sinteticos para niños de barrio deseandoperder la cabeza. Directo a Marte de una lamida, mientras las hediondas criaturas verdes, con esas escamas que parecen cuernos, mezcla entre crustaceo, vibora y tiburon, los cocodrilos, con sus vientres de cuerina gris, rozando el gris asfalto, raspandose y dejando charcos y caminos de su sangre fria y metalica, atienden con sus gorritos rojos y su sonrisa amarilla, simulando todo el tiempo.
!Noticias desde Banana de nuevo!
Llueve el pochoclo, llueve el acido con el. Mientras los niños hambrientos siguen al camion de helados ( siguiendo su flauta ), que con sus dulces canciones de circo los guia a la lluvia que termina por pelar todo lo que toca, como un lento roedor, devora de a capas, como un gusano hambriento, hasta derrite la comida en los intestinos, degrada y convierte todo en pus de vuelta, (!todo fue pus en un principio!), y fertiliza a su madre vengativa y se bañan los campos y las praderas de sangre viscosa y clorofila, !mezclados al fin!, en esta comunion naranja, en este elixir pegajoso, que parece lava, cargada de retazos flotando, de pedazos de cosas, de cuerpos, de bloques, de pequeños pedazos de cosas.
mientras ,las autopistas caen, y como peces muertos, autos y autos flotando de espaldas, como escarabajos ya sin salida.
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Y ver flores en un tacho cubiertas por una bolsa negra ( de nuevo el vil plastico negro, predigo rios de el... y pienso en el petroleo... y entiendo todo ) me despiertan la mirada, subo al tren y decido enfrentar a la maquina,
escribirla,
como un cuento,
para niños,
la terrible
dama de hierro,
la reina metropolis,
con sus filosas chapas
oxidadas, llenas de
enfermedad,
y con mi tinta la reduzco, la aniquilo,
en palabras,
y presento al enano detras del monstruo, con todos sus hilos:
tren
fin.
b.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
lunes, 1 de septiembre de 2008
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