ni bing bang, ni Dios
la historia del hombre comienza con una gota de semen
hay que sexualizar al mundo,
todo en un principio fue pus
y si jesus llevaba ese calzon blanco
era su pañal divino, por toda la caca que nunca hizo.
y si jesus existio,
tenia pija, y era para coger.
la historia occidental de desexualizacion/desanimalizacion
comienza con la hoja de laurel romana
y culmina con la concepcion inmaculada de Maria.
sin organos, ni pasta y sudor sexual, nace la civilizacion del hombre.
b.
jueves, 30 de octubre de 2008
Escritos sobre mujeres
Diana.
Yo, como un boludo, mal lector, le ofrecí amor del bueno. Sólido. Le ofrecí una casa. Luego me di cuenta de que en realidad la seducían las personas cuanto más esquivas y mezquinas. De que no se daba cuenta de que quería algo hasta que empezaba a tener miedo de perderlo. En definitiva, de que lo que la seducía, era la pulsión de muerte. Llegar a esta conclusión me permitió comprenderla en muchísimas cosas. Lástima que ya era tarde.
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Diana.
Yo, como un boludo, mal lector, le ofrecí amor del bueno. Sólido. Le ofrecí una casa. Luego me di cuenta de que en realidad la seducían las personas cuanto más esquivas y mezquinas. De que no se daba cuenta de que quería algo hasta que empezaba a tener miedo de perderlo. En definitiva, de que lo que la seducía, era la pulsión de muerte. Llegar a esta conclusión me permitió comprenderla en muchísimas cosas. Lástima que ya era tarde.
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miércoles, 29 de octubre de 2008
Cita
"Cada disco es diferente y de verdad que nunca me va a cansar. Por ejemplo, desde el punto de vista mío no me va a cansar escribir sobre lo que estoy viendo; es como si me cansara de vivir, o del mundo."
René Residente Pérez
Bonus track: Versos favoritos
"Llegó la araña que el idioma daña
la Real Academia yo se la dejo a España"
Calle 13
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"Cada disco es diferente y de verdad que nunca me va a cansar. Por ejemplo, desde el punto de vista mío no me va a cansar escribir sobre lo que estoy viendo; es como si me cansara de vivir, o del mundo."
René Residente Pérez
Bonus track: Versos favoritos
"Llegó la araña que el idioma daña
la Real Academia yo se la dejo a España"
Calle 13
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martes, 28 de octubre de 2008
estoy comiendo. queria improvisar un poco y escribir.
como.
pincho mientras como.
como mientras pincho.
como y pincho, pincho y como.
como como como.
pincho uno, dos y hasta tres.
con el cuarto se complica, pero siempre mientras como.
como y pincho como y pincho
STOP.
rodando cayo desde tenedor al suelo sorprendentemente en linea recta.
todo se detiene
no pincho, ni como.
miro.
miro.
miro mientras pincho
pincho mientras miro.
pincho uno, dos y hasta tres.
pincho mientras como, como mientras pincho.
a.
Bueno.
Segun parece, hay varios fans de... Lorenzo.
Me pidieron en la calle que largue el flyer y lo comparta.
Si este grupo creciente de fans se hace aun mas grande, abrire un foro..
un foro llamado... MI NOMBRE ES LORENZO.
Comenten, voten, den su voto de fe a este personaje de la vida nudista.
Con ustedes> mi nombre es lorenzo. 1er temporada, flyer.
Alla por la Abadia de Winchesterlandia se firman unos vales para choripan a canjear en el cielo, te ponen el sellito y el resto es historia de ascenso, historia de salvacion.
Y todos los obispos se disfrazan durante la noche de ratones alegres y ofrecen caramelos dulces a los niñitos amarillos de dientes blancos, !iluminados!, tan platonicos.
Mientras tanto en Roma encuentran una catacumba pagana todavia sin descubrir, llena de esqueletos podridos de verdad. Entre las cenizas y el moho una pintura que muestra a Maria siendo cogida por el Doriforo, que ritmo!
y todo cierra entonces,
si ellos no existen, pues
nadie la cogio,
entonces ella es virgen,
entonces !es un milagro!
Y comienza la verdadera historia occidental.
b.
Y todos los obispos se disfrazan durante la noche de ratones alegres y ofrecen caramelos dulces a los niñitos amarillos de dientes blancos, !iluminados!, tan platonicos.
Mientras tanto en Roma encuentran una catacumba pagana todavia sin descubrir, llena de esqueletos podridos de verdad. Entre las cenizas y el moho una pintura que muestra a Maria siendo cogida por el Doriforo, que ritmo!
y todo cierra entonces,
si ellos no existen, pues
nadie la cogio,
entonces ella es virgen,
entonces !es un milagro!
Y comienza la verdadera historia occidental.
b.
domingo, 26 de octubre de 2008
viernes, 24 de octubre de 2008
N.M.P.D.
Verbohaiku:
Andrés
con las manos y los pies
la imaginación
--------------------------
La escritura asesina, pero sólo en tanto que es igual de potencialmente creadora. No produce sino cadáveres, pero esto también quiere decir que hace que donde había nada, ahora haya algo.
Esta condición es lo que la hace una práctica tan compleja: ser, instantáneamente, vientre y guillotina.
--------------------------
La poesía no se me presenta aun como un objeto o práctica cognoscibles; todavía me resulta un espacio de pura sensibilidad. Si tuviera que producir un discurso acerca de algún poema el resultado no sería una aproximación científica sino el relato de la experiencia subjetiva de su recepción.
Ya veremos.
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Verbohaiku:
Andrés
con las manos y los pies
la imaginación
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La escritura asesina, pero sólo en tanto que es igual de potencialmente creadora. No produce sino cadáveres, pero esto también quiere decir que hace que donde había nada, ahora haya algo.
Esta condición es lo que la hace una práctica tan compleja: ser, instantáneamente, vientre y guillotina.
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La poesía no se me presenta aun como un objeto o práctica cognoscibles; todavía me resulta un espacio de pura sensibilidad. Si tuviera que producir un discurso acerca de algún poema el resultado no sería una aproximación científica sino el relato de la experiencia subjetiva de su recepción.
Ya veremos.
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jueves, 23 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
Juana VI
A la mañana siguiente, apenas me desperté, la llamé por teléfono. Le dije que tenía sus papeles; ya lo sabía. El tono de la conversación era normal, pero no nos distendimos mucho tampoco. Le dije que pasaría por su casa --de su madre-- a dejárselos y aceptó. Era una mañana preciosa, fresca, de sol.
Me recibió con mate. Tenía unos jeans un poco oscuros y una remera a rayas finas horizontales azules y blancas con un escote que a pesar de no ser nada indecoroso me encendió la imaginación, y en general. Tenía el pelo recogido pero no del todo. Hay que decir que los primeros minutos fueron un poco torpes, no incómodos, para nada, pero torpes. Era como si no nos conociéramos tanto. Daba la sensación de que los dos estábamos frente a un otro extraño y todas las palabras y los gestos físicos eran tímidos y calculados. Ninguno mencionó nada relacionado con la noche anterior. Ni hablar de proponer algún acercamiento extraordinario. Con el correr de los minutos --que fueron pocos-- esta tensión se fue disolviendo y ya estábamos de nuevo charlando despojadamente como los viejos amigos que éramos.
Tenía muchas líneas de pensamiento paralelas al mismo tiempo. Una de ellas seguía la conversación que estábamos teniendo, que no era acerca de nada demasiado importante, sino pura conversación de entretenimiento que era, verdaderamente, entretenida. Otra, recordaba la noche anterior y trataba de articularla con el pasado y ese presente de una manera que lograra hacerla más o menos comprensible. Otra, estaba plenamente concentrada en el escote que tenía enfrente, a inpalpables cincuenta centímetros. Y así. (Insisto en remarcar que la situación era totalmente amena y disfrutable. Estaba a gusto.)
Al rato llegó una de sus amigas, la paseaperros, a quien yo ya conocía, con dos de sus animales. Monopolizó por un rato la atención de Juana y eso me vino bien para poder ordenar un poco esto de las líneas paralelas de pensamiento. Lentamente empecé a participar en la conversación. Como se estaban desarrollando las cosas, parecía, a los efectos prácticos, que nada hubiese pasado nunca. Que lo de la noche anterior sólo había tenido impacto en nuestra imaginación. Me pareció que eso estaba muy bien.
Poco rato después, me fui. Contento y tranquilo.
En las semanas subsiguientes seguimos viéndonos. A veces en privado, en cuyas ocaciones todo entre nososotros se desarrollaba normalmente, éramos sencillamente Juana y yo, charlando, pasando el rato, como había sido siempre. Y otras veces en público, en reuniones de amigos o fiestas. (En un par de estas fiestas tuvimos algunos rozes con cierto carácter de clandestinidad a los que no les dimos mucha importancia. Cosas de borrachos. Nada como la primera vez.) Era muy agradable saber que había algo más entre nosotros que lo que se podía ver inmediatamente, que nada de lo que había pasado se había transformado en un problema para ninguno de los dos, que no teníamos ninguna expectativa que cumplir con el otro lo cual nos mantenía alejados a ambos de cualquier tipo de desilusión o malentendido.
Finalmente llegó el día de su partida. Habíamos quedado en que pasaría a saludarla por la casa de su madre --si es que a esta altura todavía interesa, su madre superó el problema de salud que la había tenido hospitalizada; Juana la cuidó algunos días en su casa luego de que la dieron de alta y arregló con su hermano que él quedaría a cargo, para que pueda retornar a su hogar y atender sus cosas de allá--. Todo el camino fui pensando en cómo despedirme de ella. "No tengo idea de cómo despedirme de vos". Ella ponía cara de incertidumbre y no me decía nada. La charla desvió sola a otras cuestionas más sencillas. Salimos a caminar. Nos sentamos un rato en una vereda; caminamos más; nos volvimos a sentar, en una plaza. Mientras estábamos en la plaza la situación se puso un poco más espesa, empezó a crecer cierta tensión, cierta tensión física. Ya no hablábamos. Quería saltarle encima. Hacerle una lista infinita de cosas. Por algún asunto relacionado con la hora que ya no recuerdo tuvimos que levantarnos y emprender la vuelta. Retomamos el diálogo mientras íbamos caminando --de nuevo, los viejos Juana y yo--. Llegamos a la puerta de su casa y ese sí era el adiós definitivo. Nos abrazamos, nos dijimos que nos íbamos a extrañar, que nos queríamos; nos abrazábamos unos segundos en silencio, nos volvíamos a repetir todo y decíamos ¡ay! y ¡oh! y etcétera... Yo no podía irme. Sencillamente no podía. Me daba vuelta, daba dos pasos, y tenía que volver. Y todo se volvía a repetir. Hasta que en una de esas vueltas la agarré con las dos manos de la cara y la besé, y le dije chau, y entonces sí fue adiós.
Debo decir que pasé un tiempo preocupado por cómo seguir manteniendo la figura de Juana en mi imaginación. Qué tipo de relación tendría en el futuro con ella como persona, qué tipo de relación tener con su recuerdo. Acabé por entender que Juana no era ni sería nunca pasado ni presente ni futuro. Su cualidad, lo que la hacía tan valiosa para mí, era, es, su identidad de contingencia. Esto es bueno, me tranquiliza, y de alguna manera legitima ciertas curiosidades que todavía tengo.
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A la mañana siguiente, apenas me desperté, la llamé por teléfono. Le dije que tenía sus papeles; ya lo sabía. El tono de la conversación era normal, pero no nos distendimos mucho tampoco. Le dije que pasaría por su casa --de su madre-- a dejárselos y aceptó. Era una mañana preciosa, fresca, de sol.
Me recibió con mate. Tenía unos jeans un poco oscuros y una remera a rayas finas horizontales azules y blancas con un escote que a pesar de no ser nada indecoroso me encendió la imaginación, y en general. Tenía el pelo recogido pero no del todo. Hay que decir que los primeros minutos fueron un poco torpes, no incómodos, para nada, pero torpes. Era como si no nos conociéramos tanto. Daba la sensación de que los dos estábamos frente a un otro extraño y todas las palabras y los gestos físicos eran tímidos y calculados. Ninguno mencionó nada relacionado con la noche anterior. Ni hablar de proponer algún acercamiento extraordinario. Con el correr de los minutos --que fueron pocos-- esta tensión se fue disolviendo y ya estábamos de nuevo charlando despojadamente como los viejos amigos que éramos.
Tenía muchas líneas de pensamiento paralelas al mismo tiempo. Una de ellas seguía la conversación que estábamos teniendo, que no era acerca de nada demasiado importante, sino pura conversación de entretenimiento que era, verdaderamente, entretenida. Otra, recordaba la noche anterior y trataba de articularla con el pasado y ese presente de una manera que lograra hacerla más o menos comprensible. Otra, estaba plenamente concentrada en el escote que tenía enfrente, a inpalpables cincuenta centímetros. Y así. (Insisto en remarcar que la situación era totalmente amena y disfrutable. Estaba a gusto.)
Al rato llegó una de sus amigas, la paseaperros, a quien yo ya conocía, con dos de sus animales. Monopolizó por un rato la atención de Juana y eso me vino bien para poder ordenar un poco esto de las líneas paralelas de pensamiento. Lentamente empecé a participar en la conversación. Como se estaban desarrollando las cosas, parecía, a los efectos prácticos, que nada hubiese pasado nunca. Que lo de la noche anterior sólo había tenido impacto en nuestra imaginación. Me pareció que eso estaba muy bien.
Poco rato después, me fui. Contento y tranquilo.
En las semanas subsiguientes seguimos viéndonos. A veces en privado, en cuyas ocaciones todo entre nososotros se desarrollaba normalmente, éramos sencillamente Juana y yo, charlando, pasando el rato, como había sido siempre. Y otras veces en público, en reuniones de amigos o fiestas. (En un par de estas fiestas tuvimos algunos rozes con cierto carácter de clandestinidad a los que no les dimos mucha importancia. Cosas de borrachos. Nada como la primera vez.) Era muy agradable saber que había algo más entre nosotros que lo que se podía ver inmediatamente, que nada de lo que había pasado se había transformado en un problema para ninguno de los dos, que no teníamos ninguna expectativa que cumplir con el otro lo cual nos mantenía alejados a ambos de cualquier tipo de desilusión o malentendido.
Finalmente llegó el día de su partida. Habíamos quedado en que pasaría a saludarla por la casa de su madre --si es que a esta altura todavía interesa, su madre superó el problema de salud que la había tenido hospitalizada; Juana la cuidó algunos días en su casa luego de que la dieron de alta y arregló con su hermano que él quedaría a cargo, para que pueda retornar a su hogar y atender sus cosas de allá--. Todo el camino fui pensando en cómo despedirme de ella. "No tengo idea de cómo despedirme de vos". Ella ponía cara de incertidumbre y no me decía nada. La charla desvió sola a otras cuestionas más sencillas. Salimos a caminar. Nos sentamos un rato en una vereda; caminamos más; nos volvimos a sentar, en una plaza. Mientras estábamos en la plaza la situación se puso un poco más espesa, empezó a crecer cierta tensión, cierta tensión física. Ya no hablábamos. Quería saltarle encima. Hacerle una lista infinita de cosas. Por algún asunto relacionado con la hora que ya no recuerdo tuvimos que levantarnos y emprender la vuelta. Retomamos el diálogo mientras íbamos caminando --de nuevo, los viejos Juana y yo--. Llegamos a la puerta de su casa y ese sí era el adiós definitivo. Nos abrazamos, nos dijimos que nos íbamos a extrañar, que nos queríamos; nos abrazábamos unos segundos en silencio, nos volvíamos a repetir todo y decíamos ¡ay! y ¡oh! y etcétera... Yo no podía irme. Sencillamente no podía. Me daba vuelta, daba dos pasos, y tenía que volver. Y todo se volvía a repetir. Hasta que en una de esas vueltas la agarré con las dos manos de la cara y la besé, y le dije chau, y entonces sí fue adiós.
Debo decir que pasé un tiempo preocupado por cómo seguir manteniendo la figura de Juana en mi imaginación. Qué tipo de relación tendría en el futuro con ella como persona, qué tipo de relación tener con su recuerdo. Acabé por entender que Juana no era ni sería nunca pasado ni presente ni futuro. Su cualidad, lo que la hacía tan valiosa para mí, era, es, su identidad de contingencia. Esto es bueno, me tranquiliza, y de alguna manera legitima ciertas curiosidades que todavía tengo.
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martes, 21 de octubre de 2008
domingo, 19 de octubre de 2008
sábado, 18 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
jueves, 16 de octubre de 2008
descifrando a v.
entre tanto palabrerio y teclado, v se reia, se reia y hablaba y se reia de lo que hablaba y se reia de mi y de mis cosas y conectaba cosas que vaya a saber quien ella pensaba sobre vaya a saber que, en fin, y me volvia a hablar sobre mi musica y lo hacia en serio, y se sentia serio, el de ella era un oido que yo respetaba, y yo respeto pocas cosas y poca gente, en fin, ella seguia hablando de mi musica, y yo sospechaba que algo tenia que ver con esa tuca que la habia obligado a fumar antes de oirla, pero al cuerno, eran palabras que se sentian verdaderas, y ella seguia riendose y cuando me decia 'es bella', yo pensaba que poca gente dice esas simples palabras sin tenerle miedo a lo cursi, amo los lugares comunes y que?, en fin, ella es vella.
b.
entre tanto palabrerio y teclado, v se reia, se reia y hablaba y se reia de lo que hablaba y se reia de mi y de mis cosas y conectaba cosas que vaya a saber quien ella pensaba sobre vaya a saber que, en fin, y me volvia a hablar sobre mi musica y lo hacia en serio, y se sentia serio, el de ella era un oido que yo respetaba, y yo respeto pocas cosas y poca gente, en fin, ella seguia hablando de mi musica, y yo sospechaba que algo tenia que ver con esa tuca que la habia obligado a fumar antes de oirla, pero al cuerno, eran palabras que se sentian verdaderas, y ella seguia riendose y cuando me decia 'es bella', yo pensaba que poca gente dice esas simples palabras sin tenerle miedo a lo cursi, amo los lugares comunes y que?, en fin, ella es vella.
b.
miércoles, 15 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
lunes, 13 de octubre de 2008
sábado, 11 de octubre de 2008
Las minas son una mierda. Hay pocas cosas en el mundo que te pueden hacer sentir tan derrotado como una mina. De igual manera, pocas cosas te pueden hacer sentir tan grandioso, pero esto ahora lo tenemos medio olvidado. Eso es que una mina es lo mejor que te pasó en la vida y lo peor todo al mismo tiempo. No hay nada más corrosivo, más infernal que que te trate mezquinamente la mina que tenés en la punta de la lengua. Qué hijas de puta man. Qué hijas de puta.
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domingo, 5 de octubre de 2008
viernes, 3 de octubre de 2008
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