miércoles, 15 de diciembre de 2010

Pequeños tapones al libre fluir

El otro día un amigo me comentaba sobre la flamante situación que aquejaba a su padre, el tapamiento de vejiga. No fue sino a los días que lo pude ver claramente, algo me estaba taponeando a mi también. Hace una serie de meses que sufro otro tipo de bloqueo que no me permite concretar o crear algo, ni escribir para el trabajo ni para un posteo. Pero ahí lo vi, justo después de encontrarme con la señora (Un personaje particular, mora en la cuadra de Valdenegro al 3200. si bien es de paso frecuente nunca le preste excesiva atención, allí desde que tengo memoria un instituto geriátrico cumple sus funciones y es de donde ella me interpelaba. En las oscuridades remotas, detrás de la reja que la aprisiona, la señora batalla: '¿no tenes un cigarrillo por ahí?' Mi respuesta negativa y seca no dejó mucho lugar a dudas, llegaba tarde a futbol y armar no era algo que tuviera muchas ganas. Además, detenerme en esas baldosas, en frente de ese edificio, de esa señora, de esa oscuridad me ponía los pelos de punta. Pero la mirada de la señora me dijo todo. Quiere sus cigarritos, ella sabe que cada pitada, cada respiración de ese denso contenido es un paso más cerca del fin en el goce del hoy. Pobre de ella, a esa edad, atrapada como una jirafa ruega por escapar, de su prisión de vida y de su prisión en vida. No hay muchas certezas, más bien grandes vacíos de información sobre ella. En lo que respecta a la familia podemos decir dos verdades: 1- desconocemos si existe tal, 2- en caso de existir son unos hijos de puta). El bloqueo tenía motivos claros, la abstinencia sexual que se me estaba imponiendo. Cómo no lo pensé antes. La sequía encausaba todos mis pensamientos, mis miradas, mis haceres a una sola cosa: tetas y culos. Si consideramos los aportes freudianos sobre la centralidad sexual en todo ser humano esto ayudaría a entender la importancia del tema. Además de varios meses de fracaso en la conquista y ausencia de rito sexual hay que considerar una serie de hechos que empeoran la situación. Por un lado, la libido sobre estimulada que ronda la época sobre todo en sus kioscos de diarios, por otro la llegada de la amada primavera en el nuestra ciudad porteña con sus polleras y escotes. Todo despierta, todo se enfoca, espiral succionadora de diversidad, agujero negro que no me deja nada más en la vida que las hermosas piernas, caderas, entrepiernas, nalgas, panzas, axilas, tobillos, pupos, pechos, pezones, cuellos, orejas, ojos, pestañas, dedos, pies, manos, uñas. Todo tiene un sentido, hombre unidimensional, todo tiene una insinuación, un coqueteo sexy, un menear de caderas sugestivas, una noche apasionada de sudor, deseo y gemidos. Por suerte el bloqueo llegó a su fin, mi mente vaga por otros lados que no son únicamente el roce de los cuerpos, los labios carnosos, el pelo y los olores, el caminar rítmico de un par de piernas, una mirada ensoñadora que aliena, unas curvas para quitar el sueño...

k.

miércoles, 1 de diciembre de 2010