juro que baile con un angel de luz,
su perfume era el del durazno,
tan suave como el viento.
y las diosas arremolinadas me envolvian con sus telas, y bebiamos todos nectar dulce, y parado en la oscuridad, ciego, veia la luz de mi alma.
y ella cruzaba sus dedos con los mios, y me cuidaba, como se cuida a un niño,
y me hacia girar, y girar, y girar en luz y todo en mi nariz eran sabores de selva,
y todo apuntaba a ese punto de luz entre mis ojos, todo apuntaba al infinito,
supo tocarme, pequeño angel mio.
b.
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