domingo, 28 de junio de 2009

sábado, 27 de junio de 2009

Algunas veces me parece que es mejor no hablar. Te pueden pasar cosas así.

k.



bocetos para iconografia de una nueva religion

b.

jueves, 25 de junio de 2009


Your lonely days are gone.

Lean.

martes, 23 de junio de 2009



Despues de tantisimo tiempo aqui me hago presente.

Voy a mostrar varios de mis trabajos de todo el tiempo pasado. Y nada poco significa para mi hacerlo en este hermosisimo bar, que tan bien supo contenerme y guardarme durante tanto tiempo...

Mis trabajos estaran ahi algo asi como un mes.

Beso grande a todos!!!

C.

Una vez mas, se presentan los whatthe.
Esta vez si, venganse todos! 



a.

lunes, 22 de junio de 2009

Bound for glory.

Apurar el último trago y salir a la ruta, sabiendose el rey de la ruta.
Cantar con la voz mas ronca de ese rio, ese que tiene un delta,
subido a un tren de carga, y que la luz de la luna
alumbre en el estuche de mi guitarra
"this machine kills facists".
Dylan, Guthrie, Leadbelly y todo el amor de Whitman entrandome por los ojos,
un negro, un gitano y un huerfano, un tipo sin pasado
y con mil historias por inventar.

L.

El viento irrumpe desde un afuera. El anticiclón succiona hacia adentro. Hay ciertos acontecimientos que resaltan en la historia, se erigen sobre el tiempo, este hecho como a su vez su permanencia en el presente no es fortuita ni casual, el presente engendrado, sujeto a diversas articulaciones nos proporciona ese Hecho como algo fundante, disruptivo en su presente. Sin embargo, esta misma operación de singularizar, particularizar en ese día, en ese momento, esa persona, no es más que un vicio, una fetichización de lo particular en búsqueda de su totalización por sobre espacio-tiempo. Así, suprimimos, le otorgamos límites a la riqueza, a la diversidad contradictoria y la heterogeneidad.

El anticiclón son los milicos, los empresarios, la burocracia sindical, la legión gringa y francesa, Videla, Massera, el cabo Gomez, el suboficial Pérez, Marta la oficinista, Pedro el colectivero. El anticiclón no pregunta, el anticiclón no pide, el anticiclón es al mismo tiempo anónimo que irrumpe y destruye en búsqueda de la desintegración, no solo de aquel que ya-no-está sino de él mismo, de sus mismas huellas. Aire vino, aire ido.

El aire en un primer vistazo es inofensivo, me rodea, pero ese mismo aire es el que levanta la materialidad del presente, donde esta vuelve para y contra si, lo reprimido explota en gritos contenidos, la fuerza liberadora, es explosiva y destructiva, y es aquí, en este instante, en esta -aparente- fugacidad destructora donde lo siniestro en su peor y más cruda faceta nos denuncia la falsedad del presente, la normalidad en su carácter horrorífico explota, la realidad implosiona. Aquello que parecía un juego, una diversión, nos demuestra su falsedad, pero será acaso que los hechos traumáticos les dejan alguna enseñanza a aquellos que sobreviven (físicamente)? Tal vez, pero tal vez estamos condenados a la eterna repetición, a la eterna puesta en escena de lo terrorífico, de lo que anida y germina dentro y entre los que pululamos las tierras.

Esa esquina, esa esquina densa en oscuridad, el vacío mismo que succiona, lo vital negado.

A fin de cuentas, nuestro alcance no es más que donde el marco nos deja, no es más que esas cuatro malditas esquinas. Nosotros somos el anticiclón y el ciclón, todo, la nada, que carajo voy a saber.


pintura: Guillermo Roux, Juego Interrumpido (II), 1976

k.